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Caramel Camel creció en las calles de Tánger y ya hace 10 años de aquel viaje en el falso depósito de un camión camino a la capital española. 

 

Integrarse fue fácil, pues él tenía lo que todos querían. 

Una vía de escape, con forma de turrón y la textura del cachemir. 

 

Llegó el verano y el grito “en agosto mal costo” llenaba las calles. 

Era su hora, con la competencia de vacaciones o incapaz de mantener un stock constante, había dejado el hueco que Caramel Camel necesitaba. 

 

Pero de esto ya hacen 9 años y las cosas han cambiado mucho. 

Lejos queda esa época tranquila en la que esperar las ganancias viendo la tele por cable en su salón. 

Ya no hay más chavales haciendo la calle, se acabaron los puntos de distribución…. Caramel Camel ya no tiene quién le de el agua, está solo.

 

Ha vuelto a recorrer las plazas.

Ahora es él quien hace el trabajo sucio, no rinde cuentas a nadie y a nadie le interesa. Quizá sea por eso que sigue vivo. 

 

Pero todavía queda alguien que no se olvida de Caramel…

 

El oficial Torreznos, fue el primero de su promoción, un chico atlético y con ganas de salvar el mundo.

Su impecable trayectoria en el cuerpo le fue recompensada con la ardua tarea de limpiar las calles de Madrid del cachemir de Caramel. 

 

Nunca lo consiguió.

Y hoy 8 años después, es un patrullero que recorre las calles de la capital imponiendo su propia ley entre carajillo y carajillo.

 

Un cerdo más vistiendo de azul, que hoy ve sentido a su vida… acaba de salir del puticlub, la típica visita de martes. 

Aún se está abrochando el cinturón cuando levanta la cabeza… ahí está….8 años después… Caramel Camel está en plena entrega…..

Capítulo 1. 

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