Hace 10 años que Lucho dejó Argentina para mudarse a la capital española. Y tan solo 5 desde que puede montarse el negocio por su cuenta, sin rendir cuentas a nadie excepto a sus dos fieles compañeros.
Siempre va con ellos.
Recién llegado a Madrid tuvo que depender de un afamado dealer conocido como Caramel Camel.
Lucho se integró a la perfección en la estructura logística de Caramel pues la famosa labia argentina le permitía a su jefe aumentar la cartera de clientes con insólita facilidad.
Tras 5 años al fiel servicio de Caramel, Lucho decidió dar el salto y respaldado por sus dos inseparables camaradas comunicó la noticia a su superior.
Caramel lo aceptó de buen gesto pues comprendía que Lucho no estaba interesado en vender su cachemir a pie de calle o desde un despacho.
De ese modo y con la bendición del que había sido su guía en este nuevo país, emprendía su vida en solitario.
Por fin podía dedicarse a lo que más quería, el robo.
Desde entonces y hasta ahora han pasado 5 años en los que Lucho siempre acompañado de sus dos inseparables compañeros ha dado golpes por todo el territorio nacional.
Sus dos acompañantes son Tigo y Migo, los cuales funcionan como una conciencia interna para Lucho. Si bien el líder de esta banda es Lucho es la decisión de Tigo o Migo la que se lleva a cabo.
Tigo cree fervientemente en los pensamientos más espontáneos de Lucho, en los más viscerales.
Cuando una de estas ideas viene a la cabeza de Lucho, ahí está Tigo.
Con una sonrisa de oreja a oreja y hablando a Lucho con un susurro agudo en el pabellón auditivo.
Siempre le envalentona a dar ese palo o a realizar esa estafa.
Tigo nunca piensa en las consecuencias.
Migo sin embargo, siempre está ahí observando cada acción de Lucho, escuchando cada consejo de Tigo.
Migo habla poco, simplemente mira y mira con sus ojos independientes tras su coraza de piel escamosa y verde.
Migo es la más racional de las dos voces interiores de Lucho. También la más perversa pues al tratarse de un camaleón cambia el color de sus consejos a su antojo.
Es así como Lucho vive su día a día, siempre acompañado y siempre solo entre robo y robo.
Hoy es noche de jarana y Lucho está preparado con Tigo y con Migo sosteniéndole y a la vez apoyados en su hombro.